martes, 29 de abril de 2014

HYPNOS, LA OTRA REALIDAD

¡Ya vuelvo a estar aquí! No sé como me lo hago, que ahora cada semana puedo escribir una nueva entrada en el blog con un espectáculo al que he asistido durante el fin de semana. Pero este fin de semana ha sido diferente... por falta de uno, he estado en dos espectáculos y tengo dos escritos por hacer. ¡Vamos que nos vamos!

Este pasado viernes 25 me tocaron un par de entradas para ir a ver Hypnos, La otra realidad, gracias a la página de Twitter de CulturClap. Desde aquí, mi más sincero agradecimiento.


Hypnos es el nuevo espectáculo de Luis Pardo, el Psychomago. Bueno, nuevo entre comillas, porqué lleva en cartel desde setiembre en la Sala Muntaner, y todavía sigue cosechando éxito. Y por supuesto, esta no era la primera vez que iba a ver este espectáculo.... ¡era la tercera!

El trabajo de Luis Pardo me empezó a llamar la atención cuando estrenó Deseos, pero no fui a un espectáculo suyo hasta que llegó con Cuando el Diablo Piensa, también en la Sala Muntaner. ¡Ay, el dinero!

Después de Cuando el Diablo Piensa vino la experiencia del Coliseum Horror Experience de Horror Box, ya contada hace tres entradas. Después volví a ir a Cuando el Diablo Piensa. Más adelante llegó En tu mente, espectáculo al que también fui dos veces, y después Hypnos. Como veréis, siempre repito en los espectáculos de Luis Pardo, pero es que cada espectáculo de él, aunque sea el mismo, siempre cambia.

Además de gustar por ser buen mago (y diferente, porqué aunque sus trucos puedan ser como los de otros magos, los hace suyos a partir de un tema y estética determinados), gusta porque sus espectáculos son muy cercanos al público. Yo personalmente he podido participar en un número de mentalismo de Cuando el Diablo Piensa,  en el momento Saw del Coliseum (más que explicado, ya), y ahora en Hypnos. Y amigos y familiares también han salido a hacer algún número, así que, como veis, es muy fácil llegar a participar.

¡Pero bueno! ¡Yo venía a contaros mi tercera experiencia en Hypnos y ya os he contado mi vida...! ¿Queréis descansar un poco mientras os tomáis una taza de té? ¡Os la sirve el Sombrerero Loco en esta loca Fiesta del Té! ¡Cómo desvarío! Cuando queráis, podéis volver a la lectura...

Como supondréis, Hypnos es un espectáculo con la hipnosis como total protagonista. Obviamente también hay magia y... una autohipnosis que se hace Pardo de la que no os voy a contar nada porqué tenéis que verlo y sentirlo vosotros mismos.

Dicen que a la tercera va a la vencida, y aquí pareció que fue así. Esta vez, logré pasar las dos pruebas que se nos hace a todo el público y acabé sobre el escenario con otros participantes. Lo que os voy a contar a continuación no tiene nada de exageración, invención ni nada por el estilo.

Fui al espectáculo muy tranquila. Me refiero a que, a diferencia de las otras dos veces a las que había ido, ya iba pensando que no iba a pasar las pruebas porqué no había nada que hacer. Al menos conmigo. A la hora de hacer el "juego" propuesto por el Psychomago mi corazón latía tranquilo, así que pude dejarme llevar sin más. Al fin y al cabo... no iba a subir al escenario... Sin embargo, al abrir los ojos descubrí que aquél era mi día. El truco no consistía en nada más que quedarte con las manos pegadas la una con la otra. Sí, cosas del cuerpo humano, muy bien, pero voy a seguir con lo mío.

Los que nos quedamos con las manos pegadas, unos 16, nos sentamos en el escenario (bueno, no había tantas sillas y algunos quedaron de pie). Poco a poco, Pardo fue saludando e hipnotizando a la gente. Tras varias personas, me tocó el turno. Conocía la manera de actuar del mago a la hora de hipnotizar, la conocía de sobras, pero pensé que me daría más tiempo para responder varias cosas antes de caer "dormida". Mi corazón empezó a ir a mil por hora. Él me tendió la mano rápidamente e involuntariamente, e inocentemente, la tendí la mía, esperando alguna pregunta más.


-¿Qué tal? ¿Cómo estás?
-Bie...

¡Y chas! "Duerme... Más profundo, más profundo... Duerme..." Un tirón de brazo que me hizo crujir los huesos y un golpecito-movimiento en mi cabeza terminaron por dejarme con los ojos cerrados sobre el hombro de mi compañera de la izquierda. 

Mi cabeza se quedó totalmente en blanco. Igual fueron décimas de segundo,  o un segundo, o algo más, pero ese corte de rollo que me impidió decir que estaba bien pero nerviosa me dejó con la mente en blanco. Después me di cuenta que los ojos los podía abrir. Eso sí, mi pelo posaba libremente por mi cara y no pude ver nada, así que volví a cerrarlos. Me di cuenta que entonces mi corazón latía muy, muy despacio. ¿Había sido obra también de aquél repentino tirón de brazo y cabeza? ¿Era eso la hipnosis? Mi tranquilidad creo que podría haberme hecho hasta dormir, y el profundo y lento hablar del mago/mentalista/hipnotista podía ayudar a ello. Igual son paranoias mías, pero lo sentí y lo recuerdo así. A continuación, Pardo hizo despertarnos. Creo que fui la primera en empezar a moverme. Llevaba un corsé y mi pose hacía que me apretara más de lo habitual y me dolían las costillas y la espalda. El siguiente truco hipnótico consistió en no poder levantarnos de la silla: el cuerpo totalmente pegado a la silla y los pies al suelo. Por extraño que parezca ahora, no sé sí podía moverme de la silla, pero os aseguro que los pies no había manera de levantarlos. Como si los tuviera pegados o dormidos, cada vez que intentaba moverlos a la fuerza me invadían unas extrañas cosquillitas por las piernas. 

Por mi parte, siguieron un par de hipnosis más. Una vez que, si no recuerdo mal (me encantan estos trances de no recordar las cosas, es tan hipnótico...), Pardo tuvo que poner la mano en mi cabeza un par de veces para quedar con los ojos cerrados, y otra que me fue de manera casi tan imprevista como la primera. Aún y así, mi mente no daba para más. Mi cabeza no paraba de dar vueltas (mentalmente, claro, lo literal dejádselo al Voodoo...), y miles de preguntas y sensaciones rondaban por ella. Supongo que ello me alejó del "trance" hipnótico, y pese a que el mago me aseguró que volvería a quedarme pegada en la silla... pude levantarme. A mi y a la chica de mi  izquierda nos dijo también que empezaríamos a notar frío. Al cabo de poco empecé a notar algo en las manos, pero bueno... eso podía ser la hipnosis, o simplemente el aire acondicionado, o mis nervios. Yo aquí estoy más a favor de estas dos últimas cosas. O quizá no...

Estaba claro que mi mente volvía a funcionar con normalidad, y mi corazón latía de nuevo como tenía que latir en semejante situación, por lo que no tardé en tener que abandonar el escenario para volver a mi sitio (primera fila, claro, ¡para no variar!). Pero tampoco me pude quejar, yo calculo que estuve entre 30 minutos y una hora. Qué extraño se ve Hypnos desde el escenario, y más extraño es todavía ver un espectáculo dormida...

El espectáculo siguió con la hipnosis y los trucos de magia. Faltaron un par de trucos al final y el photocall, pero eso forma parte de los directos... a veces no todo puede salir como uno quiere... Aún y así, os dejo con la última foto que me hice con Luis Pardo  (la segunda visita a Hypnos). 


Por cierto... Si creéis que el espectáculo termina en el teatro... estáis muy, pero que muy equivocados...

Voy a volver por cuarta vez, lo sé, así que creo que no hace falta que os diga que os recomiendo que vayáis a ver al artista ¡YA! Vais a flipar...

Os dejo aquí su página web, para que podáis conocerlo un poco mejor. 


En breves os explicaré en una nueva entrada del blog mi nueva visita al Museo de Cera. Un pase VIP, un grupo reducido de 6 personas, un cámara y Horror Box... ¿Queréis saber qué pasó? Pues ya sabéis... yo de vosotros no me quedaría los últimos... ¡Hasta la próxima!

lunes, 28 de abril de 2014

LA LOCA FIESTA DEL TÉ

El blog necesitaba un cambio de aires. Algo que tuviera que ver con una loca fiesta de té...

Ya dije cuando abrí el blog, en la primera entrada, que de entre muchos títulos que había pensado para él, The Mad Tea Party me pareció el mejor nombre con qué bautizarlo. De esta manera, se podía tratar de una fiesta con sombrereros, niñas vestiditas de azul, liebres locas y lirones dormilones, o de una fiesta llevada a cabo por locos fugados del manicomio.

Pues... aquí un dibujo que he recreado del famoso cuento de Lewis Carroll, con los personajes con camisas de fuerza. Aquí... todos están... locos.


A partir de ahora, formará parte del fondo del blog. Espero que os guste.

¡Hasta la próxima (que será muy temprano, más de lo que os imagináis...)!

lunes, 21 de abril de 2014

MUSEO DE CERA HORROR EXPERIENCE

Entrada nueva al blog, y como predije, hoy hablo del espectáculo al que he tenido el maravilloso placer de disfrutar: el Museo de Cera Horror Experience. Una experiencia de terror donde no todos son de cera...


Las tres veces que he pisado el Museo de Cera en mi vida, han sido de maneras totalmente distintas. La primera en el vientre de mi madre. La segunda hace unos tres años, con la familia. Y la tercera... bueno, ahí va la experiencia.

Si sois de Barcelona (o de donde sea) y habéis visitado su Museo de Cera, no os penséis que os salvaréis de los sustos, porqué aunque os memoricéis las figuras... no lograréis nada...

En mi anterior entrada del blog, ya os conté las experiencias vividas en otros espectáculos de Horror Box. Hoy toca profundizar en uno solo... Bueno, sólo un poco, sin spoilers. ¿Estáis preparados? Pues... entrad, leed y sobretodo... no toquéis nada ni nadie y nada ni nadie os tocará a vosotros.

Fue el sábado 19 de abril, adelantándonos al domingo de Resurrección, cuando unos amigos y yo decidimos que era el día perfecto (en verdad no lo hicimos expresamente) para ir a ver el nuevo y terrorífico recorrido que ofrecía el emblemático museo de la ciudad condal.


Como podéis ver, me tomé la comodidad de ir a un espectáculo de terror como vestir con camisa, falda de polipiel y tacones. ¿Qué pasa? A ver si sólo podía estar guapa la chica del cartel... Y mi querida amiga Lorena, ¡¡que nunca la había visto maquillada!! 

Antes de entrar, cómo no, tocó el turno de fotos, fotos y más fotos. Aquí los personajilos que os podéis encontrar mientras recogéis/compráis vuestras entradas, hacéis cola... ¡Un encanto!



Tras una espera de cola que se pasó muy rápida, entramos en el Museo guiados por el director de Horror Box, David Moreno, a lo que, tras exponernos las normas y darnos el miedo necesario, hizo adentrarnos al Museo más espeluznante de Barcelona.

Truenos, música tétrica, guías más tétricos todavía, y figuras de cera que, pese a conocerlas de haber visitado el Museo en otra ocasión... dan más miedo que nunca... ¿Creéis que aquí se acaba todo? Recorridos en bucle, decorados no seguros y un oscuro misterio que desvelar sobre el Museo y su pasado. ¿Sigo? Un paseo por la Historia, por la Cultura, por el Cine... Un número musical con una voz preciosa (que como todo número musical de Horror Box, me recuerda a El Fantasma de la Ópera, y fue uno de mis momentos favoritos junto con el momento de la mujer de blanco -id a verlo y lo entenderéis-)... 

Podría continuar, daros ejemplos, explicar momentos en concreto, situaciones... pero prefiero que lo viváis vosotros mismos... en primera persona. Y es que, si hay algo de maravilloso en las producciones de Horror Box, es que siempre formas parte de la aventura.

Es media hora de no saber donde mirar, a donde ir, ni qué es de verdad y qué no. 30 minutos que se hacen muy, muy, muy cortos, ¿pero recordáis alguna casa / hotel / mansión encantada con una duración tan larga? Pues eso. Pero que vamos, a mi no me hubiera importado nada estar media hora más :)

Es tan maravilloso entrar en un espectáculo así... El cambio de pasar de la luz del sol a la oscuridad casi total del local, el cambio de sonido, la agitación de los corazones de los asistentes, el calor humano que nos rodea a los visitantes donde, a pesar de no conocernos, hace vernos entre nosotros de manera distinta... En fin, esa terrorífica-maravillosa sensación de entrar en un mundo diferente, ese atractivo que tiene lo oscuro, lo desconocido...

Seguro que más de uno, ahora se pregunta: vale, pero qué Horror Experience te ha gustado más, ¿el del Coliseum o el del Museo de Cera? Veréis, las comparaciones son odiosas y para gustos los colores. Yo tengo mi respuesta clara en mi cabeza, pero que cada uno piense por lo que sienta y vea. Yo sólo dejo un comentario a todo esto: en el Museo de Cera entré y salí con los tacones puestos. En el Coliseum... igual hubiera tenido que sacármelos... Pero todo forma parte también de con qué público entras, si te toca hacer alguna prueba... No se, yo repetiría de los dos, ¡jaja!

¿Os he convencido? Si no es así, os dejo con una cámara oculta que prepararon antes del espectáculo... y que fue un éxito, está claro... ¡Disfrutadlo!


Si os preocupan los precios no tengáis miedo (eso dejadlo para cuando entréis), porqué hay varias, e interesantes, ofertas.

Igual para muchos de vosotros esta será la primera experiencia que tendréis con Horror Box... Para otros será la última. Y para mi ha sido la tercera, y os aseguro que no la última.

Y de regalito, mi foto con David Moreno. Será por fotos...



Y creo que no me olvido de nada. Explicaría taaaaaaaaantas cosas. Pero creo que no es el mejor lugar para spoilear, ¿no? Espero que si no lo habéis vosto todavía, os entren ganas de hacerlo. ¡Ya contaréis!

Hasta la próxima :D

viernes, 11 de abril de 2014

HORRORES EN SEMANA SANTA

¡Ya vuelvo a mis andanzas por el blog! ¿Y con qué mejor manera que buscando plan para la Semana Santa? Si esperáis que os aconseje procesiones a las que asistir, iglesias que visitar o películas para ver, siento deciros que estáis en el escrito equivocado. Bueno, seré buena y os diré el nombre del director cuya filmografía es digna de ver en estas fechas (y el resto del año): Carl Theodor Dreyer.

Pero yo, por ahora, sigo con lo que va a ser mi gran plan, que no va a ser otra cosa que quedarme en Barcelona e ir un día (noche) al Museo de Cera.

En toda mi vida, que yo recuerde, en el único museo de cera en el que he estado es el de Barcelona, pero me queda claro que lo mejor de ellos es la cámara de los horrores. Esa oscuridad, esa música, ese ambiente lúgubre, esos monstruos clásicos de la literatura y del cine... ¿Pero nunca habéis pensado aquello de “¡cómo molaría que ahora se moviera una figura!” o “qué mal rollo esta figura, parece de verdad...”? Pues a partir de mediados de abril hasta principios de mayo, el Museo de Cera ofrecerá un espectáculo llamado Museo de Cera Horror Experience llevado a cabo por el gran equipo de Horror Box, una productora de espectáculos de terror de los cuales he tenido el maravilloso placer de ver alguno.


¡Allá van mis experiencias!:

Coliseum Horror Experience


El primer Horror Experience de Horror Box. Obviamente, el espectáculo se hizo en el Teatro Coliseum de Barcelona, donde se llevó a cabo “una ruta terrorífica por las entrañas del Teatro Coliseum”. Y sí señores, era una visita por los lugares no visitados por el público (pasillos, cuartos de calderas, el escenario...) acompañados de personajes de peliculones como Frankenstein, El Exorcista, Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, ItSaw, Insidious o [•REC]. Una delicia que ningún amante del terror debía perderse. Con unas caracterizaciones magníficas, una escenografía sublime y un equipo humano excelente, a mi me gustaría abrir un paréntesis y contar por encima la experiencia del momento Saw. Apagad las luces (la pantalla del ordenador no, por favor), cerrad puertas y ventanas y poneros de fondo la canción principal de Saw, que con este ambiente os pondréis más en mi lugar. Eh... ¿tenéis cadenas y cinta americana a mano? Da igual, dejadlo, voy a seguir.

Imaginaros un grupo de veinte personas (cinco de las cuales éramos unos amigos y yo) subiendo corriendo las escaleras del Coliseum entre risas y gritos hasta un largo pasillo oscuro lleno de puertas cerradas (bueno, creo que habían puertas...). Cuando todos estamos en el pasillo, la puerta por la que hemos entrado se cierra y reina el silencio... y nuestras agitadas respiraciones. Y nuestros gritos, y risas nerviosas... Al fondo, un hombre (el mentalista Luis Pardo, el Psychomago –lo tenéis con su último espectáculo, Hypnos. La otra realidad, en la Sala Muntaner, por si os interesa-) permanece encadenado y amordazado en una silla con una pistola en la mano. Cerca de él, una televisión sin señal hace ruidos hasta emitir una imagen: una grabación de Jigsaw, el ventrílocuo de Saw. “Quiero jugar a un juego”: cinco de nosotros (tres amigos, un chico del público al que no conocía y yo), tenemos una X marcada en el ticket de la entrada y nos toca probar, con una llave cada uno, abrir una caja para conseguir otra llave que nos permitiría liberar al mentalista y poder escapar. De pequeña no fui muy afortunada en esto de ser elegida para hacer algo sobre un escenario durante un espectáculo, pero ese pareció ser mi gran día. Cuando llega mi turno, me acerco a la caja, pongo la llave en la cerradura... y abro la caja. Bajo las risas de mis amigos y público y las prisas de Pardo, lo desencadeno para liberarlo y, a “traición” (a traición entre comillas porqué todo iba a partir de unas notas escondidas que seguían haciendo posible el juego), termino yo encadenada a la silla. No os lo voy a negar, en el fondo me lo pasé de lujo. Sobre todo cuando el mentalista obligó a que se fuera toda la gente y me quedé sola encadenada a la silla, con la compañía de Luis Pardo y su revólver. El resto supongo que os lo imagináis: en el fondo es buena gente y, bajo los gritos de Pennywise (el payaso de It) que apareció al poco después, me desató y salí corriendo. Bueno, corriendo como pude, porque ni sabía por dónde tenía que ir, ni si volvería a encontrarme con los demás, o si mis sandalias aguantarían las pisadas torpes de mis pies.

Os dejo a continuación una foto de la escena Saw con Jigsaw y Luis Pardo, propiedad de Horror Box, así que espero que no se enfaden por utilizarla.


No me voy a explayar más porqué no quiero cansar. Era un espectáculo para ser visto (y sentido) más que para ser contado. ¡FUE GENIAL!

Acabo de recordar el momento con Frankenstein, donde un amigo, cuando se levantó el monstruo de la camilla, le llamó Frankie y el doctor le dijo: “¿Frankie? ¡¡Pues se llamará Frankie!!”. Bueno, algo así porqué no recuerdo exactamente el diálogo... ¡Qué risas!

Y no puedo acabar de hablar sobre este espectáculo sin mostrar lo que fui adquiriendo durante la visita: la entrada con su X, el cartel de una de las pruebas de Saw (esto me lo llevé sin querer, los nervios son así...), la mordaza de Luis Pardo (sí, la tengo en casa porqué soy así de rarita y porqué una amiga me la pegó en la muñeca y la llevé así durante todo el recorrido), el cartelito del evento y una mascarilla para evitar la infección del teatro...


ZombieWalk Sitges 2013

No es que esto forme parte de un espectáculo suyo, pero fui con unos amigos a la famosa ZombieWalk del Festival de Cine Fantástico de Sitges y durante la rúa nos los encontramos. Y claro... ¡FOTOOOOO! Aquí con los directores de Horror Box: Cristina Raya y David Moreno. Y aunque no se vea, en el cochecito llevaban a su perro vestido de Freddy Krueger. 



Danzarama Horror Show

Halloween 2013. El sábado 2 de noviembre daba fin al mejor Halloween de toda mi vida. Una deliciosa cena en el Restaurante Danzarama de la compañía de los personajes de películas como El Exorcista, The Ring, La Matanza de Texas, Pesadilla en Elm Street o Scream. Y todo volvía a ser maravilloso: la música (por supuesto, las bandas sonoras de las películas representadas), la iluminación, el ambiente, las actuaciones, las caracterizaciones...

Además, supieron montárselo de maravilla: mesas alargadas y todos los comensales cenando a su alrededor, como si formáramos parte del cuadro de La última cena. Y como somos gente de fe, antes de empezar a devorar la cena (aunque creo que lo que más queríamos era ver a los monstruos que nos llevarían de cabeza toda la cena) rezamos un Padre Nuestro para bendecir la comida y dar gracias a Dios por los alimentos... acto que nos trajo al Padre Karras y a una enfurecida Regan (los protagonistas de El Exorcista) y a un sinfín de sustos y gritos. 

Aquí un par de fotitos. Con David Moreno de nuevo como maestro de ceremonias (arriba), y Regan (abajo).



Por otra parte, si pensáis que nos fue imposible cenar o que lo hicimos en malas condiciones, os equivocáis. Los artistas sabían cuando debían aparecer y en qué momento retirarse, cuando tenían que dejarnos comer y cuando podían aparecer por el lugar más inesperado, cuando aparecer a lo lejos y cuando pasar a nuestro lado rozándonos... Y así hasta el final de la cena. Una cena de dos o tres horas. Yo todavía hecho de menos una cena como esa...



Tienen más espectáculos hechos , claro está, pero estos son a los que he podido asistir (y muchos más que serán). Podéis saber más en su página web y seguirlos en Twitter y Facebook. Y recordad... podéis tener una Semana Santa para quedaros de pied... ¡cera! Y no creáis que no tendrá nada de Santa, porqué quién sabe, igual Juana de Arco cobra vida...

Me despido hasta el próximo blog... que igual ya será el cómo ha ido esta aventura del Museo de Cera Horror Experience... Muajajaja!!