jueves, 23 de octubre de 2014

ANNABELLE

Hace unos días fui a ver Annabelle, pese a las malas críticas que ha ido recibiendo.


Annabelle es una película dirigida por John R. Leonetti, y es un spin-off de The Conjuring (Experiente Warren). Para quién no conozca la historia de los Warren, eran un matrimonio (Edward y Lorraine) de investigadores de fenómenos paranormales. Actualmente, Lorraine vive y ha hecho varias entrevistas tras la película de The Conjuring que pueden verse por la red. O sea sí, el matrimonio y sus terroríficas historias de posesiones, conjuros y muñecos malditos han existido. Que luego Hollywood haya hecho de esto historias a su manera es otra cosa. A continuación, una fotografía de la Lorraine auténtica y la verdadera Annabelle (¿qué, a que cambia la muñeca?).


Siguiendo con el film. Mientras The Conjuring trataba más abiertamente los casos de los Warren, y contaban con ellos en la historia, Annabelle se centra únicamente en uno de sus casos: el de la muñeca poseída por un grupo de satánicos que les harán la vida imposible a un joven matrimonio que está a punto de tener un bebé (ahí el drama).
El primer problema de Annabelle es que se ha intentado rodar de una manera muy similar a cómo lo suele hacer James Wan (el director de The Conjuring), y finalmente, lo único que se ha conseguido del film es convertirlo en una sucesión de planos descuadrados y moviéndose sin sentido, y por supuesto, sin personalidad. Podría haber funcionado para hacerle recordar al espectador que, después de Annabelle, pasaríamos a The Conjuring, pero ni eso. Parece totalmente una película independiente. Una forma fácil de hacer dinero.

La historia hubiera sido maravillosa si se hubiera trabajado más: el final es bastante deplorable, los personajes demoníacos que aparecen dan más risa que miedo (me queda claro que no se trata de una gran superproducción de Hollywood a nivel económico), y la historia en sí se alarga como el chicle a base de trucos malos y planos que dejan al espectador con ganas de algo que nunca pasa. Es más, ni siquiera los personajes están bien trabajados. Eso, o yo me perdí algo y todavía hay cosas de ellos que no he podido acabar de entender. De hecho, lo único que parece estar bien estructurado es su banda sonora y el trabajo de sonido, que es lo que hace mantener la tensión y dar algún que otro susto sin importancia. Eso sí, todo hay que decirlo: aunque los planos de la muñeca siempre dejan con ganas de algo más, son sublimes y la muñequita maravillosa. A la espera quedo de que la pongan a la venda, con un precio más o menos asequible.


Si vais a ver Annabelle, os puede gustar para pasarlo bien un rato, pero no esperéis una gran película. Pero sí, lo pasareis bien.

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